20 diciembre 2017
Por su propia naturaleza, la comunidad bancaria es generalmente reconocida por su renuencia al riesgo. Y sin duda es así, ya que los cientos de miles de millones que diariamente los depositantes personales e institucionales confían a las instituciones bancarias deben ser manejados con prudencia y circunspección. Seria posible combinar, en este universo financiero con valores bastante conservadores, rentabilidad y riesgo? ¡Un banco con vocación cooperativa, Rabobank, ha demostrado durante años que uno puede casarse hábilmente con el otro!
Una tradición viva de innovación
La institución bancaria, fundada en 1972 y con sede en la ciudad holandesa de Utrecht, ciertamente ha tenido la innovación escrita en su código genético desde sus primeros días. Ya a principios de la década de 1970, Rabobank mostraba sus colores ofreciendo a sus miembros el pago directo, ya sea por vía electrónica o por correo, por ejemplo. A lo largo de los años, Rabobank ha sabido mantener el ritmo y ofrecer a sus miembros y clientes (actualmente son 1.9 millones y 8.7 millones respectivamente) servicios de vanguardia basados en la explotación de tecnologías de la información y las telecomunicaciones, siempre con la idea principal de facilitar el acceso a los servicios bancarios a sus afiliados.
¡Sube al acelerador de la innovación!
Por supuesto, Rabobank tiene la intención de apostar por la innovación, en particular la innovación tecnológica, para mejorar el servicio que ofrece y brinda a sus miembros. Pero impulsado por el espíritu cooperativo que es propio, Rabobank también quiere hacer de la innovación un vector de cambio económico y social a escala global. Y para lograrlo, la organización no duda en utilizar sus recursos y habilidades internas. Prueba de ello es la creación de la campaña Moonshot, una iniciativa anual dirigida a los empleados de Rabobank y que les permite desarrollar una idea o un concepto que, en última instancia, podría resultar en un nuevo producto o servicio para el Banco. Para la tercera edición de esta campaña, se enviaron a la organización 175 ideas de la imaginación de los empleados de Rabobank. Los integrantes de los tres equipos cuyas ideas fueron aceptadas al final del proceso pudieron beneficiarse de una licencia de tres meses del empleador para dedicarse íntegramente a la gestación de su proyecto. Rabobank, cuyo apoyo a estas ideas delata sus orígenes agrícolas, es optimista de que éstas se traducirán en aplicaciones móviles tangibles en un futuro próximo. Una de estas aplicaciones integrará el reconocimiento facial para facilitar el pago de diversas transacciones, la segunda ofrecerá una plataforma virtual para el préstamo de equipos agrícolas, mientras que la tercera ofrecerá a los agricultores una herramienta para administrar sus instalaciones agrícolas.
Además, el impulso de Rabobank por la innovación trasciende los muros de la organización. El banco es de hecho una verdadera dinamo europea en términos de apoyo a los emprendedores y la innovación, que se ha asociado con aceleradoras de clase mundial como Startupbootcamp o Startup Fest Europe.
Esfuerzos recompensados
Este deseo de innovación de Rabobank está lejos de pasar desapercibido. De hecho, la institución de Batavia se ha registrado, ex aequo con el gigante Unilever, para el segundo lugar en las Corporate Startup Stars 2017 de Europa, un ranking anual de las empresas europeas más innovadoras establecido por Startup Europe Partnership, una organización creada por la Comisión europea. Rabobank puede ser orgulloso de este resultado, sólo superado por una empresa decididamente versada en tecnología de punta, a saber, Cisco, y superando empresas conocidas por su espíritu innovador, como Virgin y Telefónica.
Todos estos ejemplos muestran, como Rabobank, que uno puede hacer juegos malabares hábilmente con la necesidad de rendimiento y el riesgo inherente a la configuración del futuro.